Tener la posibilidad de estudiar en la universidad antes de salir del colegio, compartir con pares de diferentes lugares y realidades, en un ambiente estimulante que promueve la experimentación y el aprendizaje entretenido, son solo algunas de las razones que han consolidado a la EdV en sus 28 años de trayectoria.
Cada enero, durante las vacaciones de verano, adolescentes de diferentes comunas de Santiago y de regiones, deciden cambiar el ocio por las salas de clases, aprovechar de expandir sus conocimientos y hacer nuevos amigos.
“Me sirve para llegar con más conocimientos a la universidad, para estar más preparado. Los profes universitarios enseñan distinto, hay una conversación más relajada. Estar en la universidad me hace sentir más grande”, cuenta Patricio Vázquez, ex alumno EdV.
Los cursos EdV proponen un enfoque experimental y promueven el aprendizaje participativo, buscando ante todo despertar el interés en los jóvenes por descubrir y aprender a explorar por sí mismos las materias de su interés.
Para el año 2017, EdV impartirá 25 cursos en área de las Ciencias Físicas y Matemáticas, 16 cursos en el área de Humanidades y Arte y 26 cursos en el área Biólogo químico y Ciencias biomédicas. Más de 70 cursos esperan a los futuros estudiantes EdV, para vivir la experiencia de estudiar en la universidad más antigua y prestigiosa del país.
“Lo principal es la diversidad y que se encuentran jóvenes de diferentes realidades y regiones. Otro punto importantes, que hemos observado, es que los chicos abren su mente. Llegan con una convicción y luego se dan cuenta que existen más opciones. Todos los que entran a matemáticas por ejemplo, piensan que va a ser ingenieros, pero después se dan cuenta que no es lo suyo. Les quita la ingenuidad de lo que es el mundo universitario, los aterriza”, cuenta Lissette Astorga, Coordinadora de Docencia de EdV.
