Skip to content

Finalizan cursos de invierno EdV 2016: “Un brazo robótico no tiene que valer un millón de pesos”

Este sábado 30 de Julio, fue la última clase de los Cursos de Invierno que cada año, hace 10 años, imparte la EdV, para estudiantes de enseñanza media y básica. Más de 450 niños y jóvenes participaron de los 14 cursos que implementó este año para la temporada de invierno, la ya tradicional Escuela de Verano (EdV) de la Universidad de Chile.

Cursos como genética humana, robótica, neurociencia, transformación y evolución del universo, debate y diálogo, entre otros, son los que año a año la EdV ofrece a niños y jóvenes interesados en expandir y profundizar sus conocimientos tanto en las ciencias exactas como también en las humanidades.
“Los cursos de invierno, han sido diseñados especialmente para desafiar las destrezas cognitivas de los chicos. Implementamos un modelo educativo dinámico, sustentado en la práctica de la experimentación directa y privilegiamos el aprender haciendo”, señala Lissette Astorga Coordinadora Docente de Escuela de Verano.

Felipe Smith, profesor de Electrónica Programable y estudiante de magíster en computación, en la FCFM, realiza el curso de “Arduinos” hace cuatro años en la EdV, dirigido especialmente a alumnos de primer y segundo año de enseñanza media.

Felipe, ¿Crees que es importante trasmitir estos conocimientos a los escolares?

Cuando empecé a hacer el curso, yo era parte del equipo de robótica de la universidad, y participé en varios mundiales y me di cuenta que el nivel chileno no es malo, solo está poco difundido. Son cosas que son relativamente simples de aprender, pero uno le tiene miedo. Hacer un robot, los cables. Entonces una de mis motivaciones fue tratar de acercar eso a la gente y enseñarles programación a través de interfaces físicas como los legos, o los arduinos. 

¿Qué es un arduino?

Es un mircocontrolador que permite controlar dispositivos electrónicos. En la práctica es un microcomputador. Y ese minicomputador nos permite prender luces, prender motores, permite controlar dispositivos electrónicos.
Los chicos aprenden a programar en el arduino y a controlar con él motores, sensores y pueden empezar a hacer sus propios robots desde cero. Este que estamos haciendo, se hace con dos motores y un poco de cartón, con eso armamos un brazo, y esa es la idea, que se den cuenta que un brazo robótico no tiene que valer un millón de pesos, lo que importa es que funcione y que ellos puedan programarlo y que entiendan como funciona.

¿Cómo haces para introducir esto, que es muy probable que no lo vean en el colegio y lleguen acá solo con el interés?

Igual que en las series de suspenso, partimos en la mitad del curso y después nos vamos al principio. Ellos llegan y nosotros les decimos, ya chicos, hagan esto, conecten esto, ocupen esto y empieza a funcionar. Después vemos por qué funciona y ahí nos vamos de vuelta. Es mucho más fácil que empiecen a entender cómo funciona, una vez que pierden el miedo.

¿Cómo llegaste a esa metodología?

Básicamente es como la ideología de Arduino. Arduino es una placa que inventó un ingeniero eléctrico que justamente estaba cansado de que le pasaran tantas ecuaciones antes de empezar a trabajar, entonces dijo, voy a hacer una plataforma que sea fácil de entender, que sea fácil de trabajar para que la gente empiece haciendo y después vaya tan adentro como su curiosidad se lo permita. Eso es, ensayo y error e ir mejorando.

¿En qué otras cosas se usan arduinos?

En robótica se usa harto, en ingeniería eléctrica se ocupa harto. Es una forma barata de automatizar procesos. Siempre que uno quiere hacer algo que sea automático, un buen prototipo siempre es parte con arduinos, porque es fácil, es barato, tiene una comunidad super abierta, se pueden encontrar muchos ejemplos. Es una plataforma muy buena para empezar y después una vez que los chicos tienen algo que está más o menos funcionando, pueden ir trabajando sobre cómo lo mejora.

¿Hay cosas de la vida cotidiana que funcionen con arduinos?

No. Las cosas de la vida cotidiana no funcionan con arduinos. Tú podrías hacer el control de una lavadora con arduinos y una vez que está funcionando, lo que haces es transformar eso en un chip, que es más chiquitito. El arduino sirve para hacer prototipos. Para hacer muy rápidamente algo. En este caso, empezaron a las diez de la mañana y ya son las once y media y ya tienen algo que está funcionando. De aquí a llegar a algo profesional, podrían demorarse meses o años, pero por lo menos ya saben que funciona y cómo, y esa es la idea de arduinos.

Arduinos 2016
(Francisca, Pilar y John prueban el brazo robótico que construyeron.)

“Los chiquillos tienen que realizar un proyecto, y este era construir un instrumento musical y programar un robot para tocar una canción en él. Ahora están en la programación. Los maderófonos los hicieron en ellos mismo el FabLab que está acá mismo en la universidad. Aprendieron a dibujar en 3D.” Cuenta Pablo Vega, auxiliar del curso de Robótica 2.

¿Qué es el fablab?

Es un laboratorio en 3D donde hay dos máquinas, las cortadoras de madera y las impresoras 3D. Y ahí a los chicos los capacitan y les enseñan más o menos como dibujar o hacer planos 3D. Nos enseñaron a manejar la cortadora de madera y a través de esas dos herramientas pudieron construir sus instrumentos. Ahora están programando usando robots iroh. La idea es que ahora combinen ambas cosas y que toquen una canción.

Aldo Di Biase, profesor del curso de robótica 2, cuenta que tal vez les faltó una clase para llegar más lejos. “Les pedimos que hicieran un maderófono, un instrumento musical que hicieron ellos mismos, y un robot que fuera capaz de tocarlo, y si bien no alcanzaron a terminar 100%, si alcanzaron a llegar muy lejos, y con muy buenos resultados”, reconoce el profesor.

Aldo ¿Cómo es iniciar a los jóvenes en estos conocimientos?

Lo hacemos de una manera muy lúdica, muy entretenida. Todos vienen con un interés desde antes y nosotros lo planteamos de una manera interactiva para que sea fácil que se entusiasmen.

IMG_0945
(Matías, Paula y Felipe, muy concentrados trabajando en la programación de su robot.)

Chicos y chicas, concentrados en sus trabajos, no quisieron responder demasiadas preguntas. Una buena señal. Reconocieron que si bien es un poco difícil, es muy entretenido. Y aprender estás cosas les resulta “genial”, porque deben ingeniárselas para llegar a un resultado. Para Felipe Olivares, este es el noveno curso que hace en la EdV y reconoce que vuelve cada año porque “es un cambio a la rutina del colegio”.

“Acá los talleres son más experimentales, en el colegio es todo teórico, aburrido. Después de esto, física, química y biología es botado de fácil”, confesó.

Pilar, del curso de arduinos, señaló qué lo que más le gustó fue “ver cómo funcionaban las cosas que una misma creaba, empezar de cero y después ver algo que funcionaba”.

Rocio Gonzalez , auxiliar del curso de Robótica I, quien en su época escolar fue alumna de EdV y hoy estudia Licenciatura en Física y Astronomía en la FCFM de la Universidad de Chile, cerró su curso motivando a los chicos a seguir “ampliando su horizonte”:

“Imagínense que este curso me marcó tanto a mí que definió lo que yo quería hacer en mi vida. Si a ustedes les generó un impacto, sigan tomando más cursos, amplíen su horizonte. No todos vienen de colegio que tienen muchos recursos. Hay profes que incluso compran robots, y hacen cursos de robótica a los niños y hay colegios que no. En mi colegio solo había un laboratorio que se ocupaba para física, química y biología, una salita chica. Hay diferentes ambientes, pero acá todos somos iguales porque todos tenemos la misma motivación. Acá uno se da cuenta que uno puede ser más. Yo veo a mis compañeros de colegio y no veo a ninguno que esté haciendo algo que le guste de verdad, que yo sepa, y eso es algo que sucede a nivel país, pero gracias a la EdV, que es un puente, muchos pueden tener esta oportunidad, así que si les gusta, sigan”, les animó Rocío.

IMG_0998


Fotos y texto: Naomi Orellana